Cuando era pequeña, el jamón era muy caro, así que acompañaba las tostadas con Spam. Ahora me encantan el Spam y el jamón, pero cuando me preguntan si me gusta el spam, suelo poner cara de desagrado… Y es que cuando escucho esa palabra, ya no pienso en el preparado de carne que comía con […]
Cuando era pequeña, el jamón era muy caro, así que acompañaba las tostadas con Spam. Ahora me encantan el Spam y el jamón, pero cuando me preguntan si me gusta el spam, suelo poner cara de desagrado… Y es que cuando escucho esa palabra, ya no pienso en el preparado de carne que comía con las tostadas.
Permíteme que comparta contigo lo que significa ahora «spam» para mí y para la sociedad actual.
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¿Qué es el SPAM?
Spam son todos los mensajes que recibo sin haberlos pedido. En la mayoría de los casos, son e-mails molestos con ofertas comerciales que no me interesan.
Te acuerdas de mi post anterior, en el que comentaba que tus e-mails son visitantes de los ISP? Bien, ahora te digo que a esta fiesta solo se puede entrar «con invitación».
Así, cuando envías campañas por e-mail a todas las direcciones que compras, a las que tienes archivadas en un antiguo disco duro, a las que recopilas en todas las páginas web por las que navegas o a las que ese proceso automático llamado bot encuentra, estás invadiendo el «espacio privado digital» de todos esos contactos y los estás molestando haciéndoles perder tiempo y recursos, por lo que, gracias a su feedback, los ISP sabrán que no eres bienvenido.
¿Eres un Spammer?
¿¿Como?? ¿Que pregunta es esa? Calmate! La verdad es que sin darnos cuenta podemos hacerlo. ¡No pasa nada! Vamos ayudarte! Descubre en este divertido infografico si ya sigues las buenas prácticas.
Spamtraps: Los policias encubiertos
De hecho, si durante la visita solicitas de forma constante entrar en contacto con patrones (receptores) desconocidos, o peor aún, con contactos creados específicamente para atraer intrusos —denominados spamtraps, ya que nunca solicitan que se les entregue ningún mensaje—, después, los ISP sospecharán que eres un invitado y en primer lugar activarán su protección —cuentan con sistemas anti-spam bien formados y autodidactas— para controlar todos tus movimientos e incluso echarte. Y recuerda: si continúas llamando insistentemente a esa puerta, no te dejarán entrar por su propia seguridad.
Estoy seguro de que tienes una dirección de e-mail personal, ¿verdad? Vamos a darle la vuelta a tortilla por un momento. ¿Cómo te sentirías si estuvieses intentando buscar ese mensaje que tiene todos los detalles sobre el viaje de tus sueños y tu bandeja de entrada está llena de mensajes basura? ¿Y cómo te sentirías si, además, tu cuenta de e-mail tuviese una capacidad limitada y los mensajes que realmente te interesan no estuviesen entrando en tu bandeja de entrada por falta de espacio? ¿Qué puedes hacer para evitar que esto suceda?
Lucha contra el SPAM: Recomendaciones
Bien, te recomiendo que empieces a marcar el spam (sí, eso es lo que es) como tal en tu herramienta de cliente ISP. Nunca respondas, ya que si lo haces, estarás validando tu dirección de e-mail y pronto empezarás a recibir incluso más mensajes basura.
No promociones tu dirección de e-mail en todo lo que pueda parecer interesante a priori, como ofertas, noticias o consejos. De hecho, te recomiendo que crees una dirección aparte para envíos online.
Permíteme que, para acabar, vuelva a referirme a la fiesta.
¿Te gusta que entren en tu fiesta personas a las que no has invitado? Para que esto no ocurra, compruebalo, mejor dicho, confirma todas las invitaciones.